El autocuidado, una apuesta por mejorar la calidad de vida
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No es casualidad que el 24 de julio se celebre el Día Mundial del Autocuidado. Esta fecha, 24/7, representa las veinticuatro horas, durante los siete días de la semana, en los que podemos beneficiarnos del cuidado de nuestra salud. A cambio, también debemos trabajar a diario para preservarla. El objetivo es que pasemos de ser pacientes pasivos a convertirnos en responsables activos de nuestra calidad de vida a fin de que la cobertura sanitaria universal sea eficaz.
La implicación de los pacientes en su propia salud basándose en hábitos de vida saludables es una necesidad causada por la creciente longevidad de la población, que provocará que, de ahora a 2030, se doble la incidencia de enfermedades crónicas. Según la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el 60% de la población española podría padecer este tipo de patologías dentro de una década. La evolución de la pirámide poblacional tendrá otra derivada: el déficit global de médicos aumentará hasta el 12 % en la próxima década.
Todas estas tendencias conducen a una situación en la que el autocuidado y la salud natural serán cada vez más imprescindibles. Tal y como dijo el doctor Miquel Pros en una entrevista en el blog de Dimefar, “habíamos hecho creer a los pacientes que la salud estaba en manos del médico, quien les recetaría una pastilla para cualquier cosa: para dormir mejor, contra la ansiedad, para reducir el colesterol o la hipertensión… Hemos abusado de los medicamentos y hoy tenemos gente polimedicada”. Por ello, “el paciente tiene que escuchar al médico, pero también recuperar la responsabilidad sobre su salud, no solo echando mano del botiquín de casa, sino también reaprendiendo a comer y adoptando buenos hábitos”.
Una alimentación equilibrada que prescinda de alimentos procesados y se base en la dieta mediterránea, prescindir del tabaco, el uso responsable de fármacos, la práctica de ejercicio físico moderado y la búsqueda de un estado emocional de relajación son pilares básicos para la preservación de la salud.
En este sentido, la naturaleza pone a nuestra disposición todos los ingredientes que necesitamos para llevar una vida saludable. Este es el espíritu que rige nuestro desempeño para elaborar complementos alimenticios que proporcionen alternativas no agresivas a pacientes y profesionales de la salud.