Cinco hábitos que te rompen el corazón
Categorías : Sistema Cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares son responsables de la muerte de 17,5 millones de personas al año, más que cualquier otra causa de fallecimientos. Son datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calcula que en 10 años, el número de defunciones anuales por problemas en el corazón superará los 23,5 millones. En nuestra mano está prevenir este tipo de dolencias, que muchas veces están directamente relacionadas con nuestros hábitos.
Si introducimos pequeños cambios en nuestra vida cotidiana, podremos reducir considerablemente las probabilidades de desarrollar hipertensión, colesterol u obesidad, algunos de los factores de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Estos son los cinco hábitos que hay que evitar para conservar una buena salud cardíaca:
- Sedentarismo. Llevar una vida inactiva es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular. El mínimo de ejercicio físico recomendado son 30 minutos al día. Además de ser un factor de riesgo para el corazón per se, el sedentarismo contribuye a la aparición de otros factores, como la obesidad y unos niveles de colesterol malo (LDL) altos.
- Mala alimentación. Los hábitos alimentarios son básicos en la conservación de una buena salud cardíaca. En este sentido, la dieta mediterránea es idónea. A la hora de pensar nuestros platos, hay que tener en cuenta las cantidades de comida que ingeriremos, los grupos de alimentos que incluimos, el número de comidas al día, a qué horas las hacemos y, especialmente, qué nutrientes contienen. En este sentido, a veces puede ser necesario completar nuestra dieta con complementos alimenticios. Para prevenir las enfermedades cardiovasculares a través de la alimentación, es recomendable cambiar las grasas malas –provenientes de la carne de animales de cuatro patas, sobre todo–, por las buenas –que podemos obtener en pescados, frutos secos y aceite de oliva–. Éstas son algunas de las raciones recomendadas al día: entre 3 y 4 de fruta, de 3 a 6 de verduras y hortalizas, y entre 3 y 5 de arroz, pasta, pan o cereales, a poder ser integrales. Algunos alimentos a evitar son: la sal, los helados, los postres elaborados, la mantequilla y la margarina, los embutidos…
- Fumar y beber alcohol. El tabaquismo triplica las probabilidades de padecer una enfermedad cardiovascular. Por una parte, el principal componente del tabaco, la nicotina, libera catecolaminas, unas hormonas que producen daños en la pared interna de las arterias, además de aumentar los niveles de colesterol malo y reducir los de colesterol bueno. Por otra parte, el monóxido de carbono disminuye la llegada de oxígeno al miocardio y sube el colesterol LDL. El alcohol es tóxico para el músculo cardíaco, hasta el punto que puede llegar a dilatar el corazón y reducir su fuerza de bombeo de la sangre. La ingesta máxima recomendada es de un vaso de vino o cerveza en el caso de las mujeres y dos vasos para los hombres.
- Malestar mental. El estrés y la ansiedad aumentan las probabilidades de desarrollar alguna enfermedad cardíaca. Una mala salud mental hará que nos descuidemos de otros aspectos, como hacer ejercicio o llevar una alimentación saludable. Además, varios estudios demuestran que las probabilidades de padecer un infarto agudo de miocardio se duplican durante las dos horas siguientes a sufrir un episodio de alteración emocional significativo. Para alcanzar el bienestar intelectual, recomendamos actividades como el yoga y la meditación.
- Falta de sueño. Se recomienda que los adultos duerman entre siete y ocho horas cada noche. El insomnio afecta a un 30% de la población, entre la que destacan las mujeres y las personas de la tercera edad. Esto se relaciona, en pacientes hipertensos, con un riesgo más alto de padecer dolencias cardiovasculares. ¿Cómo evitar el insomnio? Hacer ejercicio físico, limitar el consumo de cafeína, evitar el alcohol y las comidas copiosas antes de acostarse y mantener horarios regulares ayudan a dormir mejor.