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Mantén equilibrada tu flora digestiva: ¿qué regulador intestinal te conviene?

Mantén equilibrada tu flora digestiva: ¿qué regulador intestinal te conviene?


Categorías : Sistema Digestivo

Los hábitos alimentarios, un estilo de vida sedentario, el abuso de determinados fármacos como los antibióticos y ciertas enfermedades del aparato digestivo son algunas de las causas de la alteración de nuestra flora intestinal. Este desequilibrio puede provocar cambios en la consistencia o frecuencia de las deposiciones, como estreñimiento o diarrea.

Para tratar las alteraciones de la motilidad intestinal es fundamental llevar a cabo una dieta específica para cada caso. Ante el estreñimiento, es necesario ingerir cantidades abundantes de líquidos (un mínimo de 1,5 litros al día), masticar bien los alimentos, comer despacio, desechar los alimentos astringentes, llevar a cabo una alimentación rica en fibra y dejar reposar la comida.

En el caso de la diarrea, en cambio, es esencial evitar la deshidratación. En episodios agudos, puede ser necesario hacer ayuno total durante 24 o 48 horas y, gradualmente, introducir la dieta hídrica (agua, té o manzanilla), alta en calorías y proteínas, y pobre en residuos. Las comidas tienen que ser frecuentes y en pequeñas cantidades y los alimentos deben ser astringentes (arroz cocido, plátanos, pescado hervido, pollo…).

Complementos a las dietas

Pero para combatir estos desequilibrios digestivos aconsejamos complementar la dieta con reguladores intestinales, que pueden tener efecto laxante o antidiarreico.

Laxantes

Fomentan la defecación, al facilitar el tránsito de las heces entre el colon y el recto. Existen varios tipos:

a)     Formadores de masa. Complementos como Linodim aumentan el bolo fecal por su alto contenido en fibra. Deben tomarse con abundante agua y antes de las comidas para optimizar el efecto de la fibra.

b)    Osmóticos. También provocan el aumento del volumen de las heces, además de disminuir su consistencia y favorecer el tránsito y la eliminación. Existen tres tipos: los salinos (enemas), los hipermolares (lactulosa) y glicerina (supositorios).

c)     Emolientes y lubrificantes. Suelen usarse para prevenir el estreñimiento. Su función es facilitar la captación de agua y grasas, lo que lubrifica el bolo fecal. El aceite de parafina y la glicerina son de los más usados.

d)    Estimulantes. Activan los movimientos del intestino grueso o del delgado. Son los reguladores intestinales más efectivos, aunque no se recomienda su uso continuado en el tiempo.

  • Derivados antraquinónicos. Son los estimulantes naturales del intestino grueso, como el Santa Flora nº 11-12-LAX, que contiene sen, alcaravea, regaliz, menta y malva.
  • Derivados del difenilmetano. Son estimulantes sintéticos del intestino grueso y actúan directamente en el colon, como el bisacodilo, el picosulfato Na y la fenolftaleína.
  • Aceite de ricino. Es un purgante del intestino delgado. Suele tomarse ante la necesidad de vaciar los conductos gastrointestinales antes de realizar una radiografía o una cirugía.

 

Antidiarreicos

La mayoría de episodios diarreicos remiten por sí solos con tratamientos sencillos. Cambiar la dieta para evitar la deshidratación es el primer paso, que puede combinarse con reguladores para recuperar el equilibrio de la flora intestinal.   

a)     Probióticos. Los fermentos lácticos, como el Bilambil, mejoran la barrera microbiana. Se usan frecuentemente para mantener el bienestar digestivo.

b)    Fármacos absorbentes. Actúan en el intestino en casos leves de diarrea, absorbiendo las toxinas bacterianas y las sustancias tóxicas.

c)     Fármacos astringentes. En los casos de mucosa inflamada, forman una capa protectora que impide la irritación y disminuyen la absorción de toxinas.

d)    Antiinfecciosos. Menos de un 10% de las diarreas aparecen por causas infecciosas, pero en estos casos existen una serie de fármacos -sulfamidas o antibióticos- que actúan directamente sobre las bacterias del tubo digestivo.

e)    Inhibidores de la motilidad. Son los antidiarreicos más habituales, ya que alargan el tiempo de tránsito a través del intestino. Existen varios tipos:

  • Opiáceos. Pueden ser naturales (codeína) o sintéticos. Reducen la motilidad intestinal y deprimen el reflejo de la defecación.
  • Espasmolíticos (anticolinérgicos). Calman el dolor cólico provocado por ciertas enfermedades, como el síndrome de intestino irritable.
  • Racecadotrilo. Disminuye el volumen y el número de deposiciones, acortan la duración de la diarrea y reducen el riesgo de deshidratación.

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